lunes, 26 de octubre de 2009

Escaleras.


Reclamo batallas cada día
y pocas concedes, ningún día.
Junto las mañanas de domingo,
a golpe de barbiturico
y llamo a las puertas
y no encuentro la luz cegadora.
Placas de policia chocan en mi frente,
y detrás gente arrodillada, no hay claridad,
luciernagas, árbol del ibuprofeno.
Recapacito entre nudillos y olor a
naftalina, pasillos oscuros
y más puertas ocres y carbonizadas.
Camino escalera arriba, y tiemblo,
pero no me descuido, sueño y no distingo.