jueves, 19 de enero de 2012

Resiste, luego existe.


Existe un momento infinito, indescriptible,
junto a la ventana fria,
pegando la nariz al cristal mojado,
buscando recuerdos entre las pelusas de los bolsillos.
Existe un día de esos que se retuercen en tu ombligo,
donde la ley de la física se estira,
donde el tiempo no me avasalla y golpea mis caderas.
Existen algunas personas que debido a su sonrisa
despliegan alas y desordenan tu desorden.
La piel escamada, el salitre crujiendo y
un saltamontes tan triste como
un domingo atrapado en un aguacero,
también existen.
Hilos llenos de escarcha que arden
con tú mirada, palabras que caen como
el mercurio de un térmometro roto.
Existe la polarización en tus pestañas
y moscas que absorvidas por la miel, sobreviven.
Y todo ello persiste en mi memoria, y cada
cosa guarda su lugar dentro de un orden convincente.
Las leyes, los pinchazos y los llantos en el lavabo,
pasan a un segundo plano,
cuando tu realidad
se torna locura y sólo tu existes. Resiste.