jueves, 20 de octubre de 2011

ALBARRACIN. Plan B. Asproner a Tiras.



Plan B, de Brutal: Bloques brutales, magdalenas, chorizo y triangulos de chocolate brutales. Equipo asprosaguer muy animal. Venimos muy envenenados de Albarracin. Esto no puede quedar así, en breve cepillamos y zanjamos proyectos.



Antebrazos muy quemados, dedos torcidos y cero pelotero de miedo al chapar.
Con el Plan B, se aprieta más que con el plan Romeria de Autoescuelas, de grasa se come lo mismo.




Equipación: Comida No, tienda No, cabaña No, duplex No, magnesio No, sólo material de oficina, clips, grapas, folios...Control de la Guardia civil Si..como llevariamos el carro, que les dió miedo meter la mano por si pillaban algo..



Alquiler de tienda rota, por donde pasan los 2ºC a tu jeta no tiene precio, en fin good rolling. Albarracin preciosisimo, mil colores otoñales, mil abuelos con garrota que acuden a blokar en hordas salvajes..Preguntar por los Solution en todas las tiendas de España durante más de una año y segir sin probarselos no tiene precio..









Gracias a los colegas de Reus, con los que compartimos bloques y colchonetas y casi pan tumaca.

jueves, 13 de octubre de 2011

LLORAR BIEN



LLORAR BIEN

Para llorar bien debes
haber vivido el aguacero de otoño y
comido de la mano del desamor
medida máxima del amor.
Remar los adióses, besar las mejillas
mojadas y resetear los quebrantos.
Quererse en primera persona es
llorarse más que aún cadáver de carretera.
Empaparse los zapatos que corren
sin futuro, realizar los sueños y
morir de pena todas las tardes de Abril.
Para de verdad de la buena llorar a las dalias,
hay que meter órtigas en los pelos
de tú corazón, escupir contra tú plato de comida
y borrarse del mapa para que otros
tengan vida.
Reposar en cúbito supino,
leer periódicos amarillos y
bañarse en fotos aniquiladas de la memoria.
Llorar es la liberación funesta
y la incertidumbre manifiesta.
Oh¡ secreción lacrimal que soportas plomo
de mis carnes y batallas la batalla
del cada día.
Para llorar bien hay que ser un mal hombre,
una pesadilla para tus congéneres ó
un mal bicho que señala con el dedo.
Para quererse bien hay que llorar hasta reir.