lunes, 1 de diciembre de 2008

Paralelamente.

PARALELAMENTE




Tumbado en paralelo a mi felicidad,
tumbado en paralelo al río verde,
ensimismado en mis recuerdos,

liberado de la carga del trabajo diario.
por lo tanto descojonandome de la vida.
Muerto al lado del valle en que me vi nacer,
tócame ahora por que mañana no estaré.

Perezco cada día, en este campo
fresco y desenfadado, colgado sin soga.,
buscando estar en paralelo de algo,
de mi vida, de tú cariño, de las plegarias,

en paralelo y cerquita de unas manos
pacientes y con calor de sus entrañas,
Sentado con los perros rabiosos,
con el anzuelo preparado en mi boca,

sentado en el borde para dejarte sitio.
desmenuzando tabaco junto a ese río
infectado de luciérnagas, con sus
traseros naranja brillante; descalcificadoras.

Camuflado de los estímulos que
siempre había esperado recibir,
y que ahora poseo.

Hoy, colmado de serenidades, de
tensiones urbanas, al filo de las
ocho treinta, descolorido, impuntual.

en paralelo, a ti, al color, a la risa de
la niña junto al embarcadero, q corre
manchada de estar tan limpia, refinada,
majestuosa, en paralelo a su perrito,
con los dos pies en paralelo a la bici
oxidada de su abuelo,

con las dos manos en paralelo al botijo
de agua anisada que reluce en verano.
con la inopia, con las bellas artes,
y el “a dios pongo por testigo”.

Repito, riéndome de la risa que da ésta
locura que acompaña a mi vida en
paralelo, siempre en paralelo a los
muros de la única calle que conozco,
una que ni siquiera es europea,

pero que se llena de sangre y
siempre sale su nombre publicado
en paralelo a una tragedia.

Angosta y lúcida, perenne y desvinculada
de lo que la gente dice y en la
que te busco a ti,
en perpendicular y por que no
en paralelo.

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